En una afección como el Alzheimer o la demencia, la presentación de los síntomas tiende a empeorar con el tiempo. A medida que la enfermedad avanza, la comunicación puede volverse más difícil. Además, las capacidades cognitivas implicadas en la recuperación de la memoria disminuyen. Después de recibir un diagnóstico de demencia, es posible que una persona y sus seres queridos deseen considerar la posibilidad de Entrevista sobre una historia de vida. Cuanto antes se pueda hacer esto, mejor.
Dicho esto, no siempre es posible capturar las historias de vida de una persona antes de que la demencia haya afectado significativamente sus capacidades y comportamientos. Eso no significa que no valga la pena intentar hablar con esa persona sobre su vida y sus recuerdos, ni siquiera ir tan lejos como para grabar cualquier historia personal que pueda compartir. De hecho, esta forma de compromiso puede ayudar a prolongar los recuerdos existentes y ayudar a alguien a conectarse con su sentido de identidad. Cualquier información sobre la historia de la vida que se capture en el momento presente, combinada con la contribución de amigos y familiares, puede utilizarse para mejorar los resultados de la atención de esa persona. En todo caso, puede valer la pena buscarlo solo por esa razón.
Si quieres entrevistar a alguien con demencia, es importante abordar la conversación con una actitud positiva, la voluntad de intentarlo y un corazón dispuesto a aceptar cualquier cosa que suceda. Estos son algunos consejos para fomentar una interacción eficaz y exitosa en esta situación.
Consejos para entrevistas
Planeando con antelación
- Lleve a cabo la conversación en el momento óptimo, cuando estén más alertas.
- Asegúrese de que hayan comido, hayan usado el baño, estén a una temperatura agradable, etc. Es difícil concentrarse cuando nuestras necesidades básicas no están cubiertas.
- Asegúrate de haber borrado tu calendario de forma que tengas suficiente tiempo. No querrás apresurarte ni estresarte.
- Ten en mente una lista de preguntas o temas sobre los que tratar de hablar, pero sé flexible si la conversación es torpe.
- Ten en cuenta el entorno en el que vas a chatear. ¿Hay alguna distracción que puedas limitar o evitar (por ejemplo, apagar la televisión, cerrar las persianas si el sol brilla demasiado o cerrar una ventana para reducir el ruido)?
Lenguaje corporal y presentación
- Asegúrate de que tu lenguaje corporal y tus expresiones faciales coincidan con tu voz y con lo que dices.
- Haz contacto visual.
- No te coloques demasiado lejos o por encima de ellos. Quieres estar a su nivel.
- Es posible que tengas que hablar más alto o más despacio, pero no lo hagas de una manera que pueda parecer insultante.
- Si notas que la persona a la que estás entrevistando se cansa o se pone nerviosa, es mejor detener la conversación e intentarlo en otro momento. Presta atención a sus señales físicas y emocionales.
Hacer preguntas
- Una letanía de preguntas, una tras otra, puede parecer un interrogatorio. Siempre que sea posible, trata de mantener la entrevista conversacional, conversando de una manera que fluya y parezca casual.
- Dele a la persona tiempo para pensar y responder, más tiempo del que se sentiría «normal». Si tiene dificultades para encontrar una respuesta, insinúele suavemente algo para que comience o diríjalo a otra pregunta.
- Si no son capaces de dar más detalles con sus respuestas, puede ser útil formular las preguntas en forma de sí/no: «¿Te gustaba ir a bailar cuando eras adolescente?»
- Si no entiendes algo de lo que han dicho, puedes informarles amablemente de que estás teniendo dificultades para entenderlo y pedirles más aclaraciones o comprobar si los has escuchado correctamente.
Tranquilidad
- Sé positivo. Cuando sea apropiado, tranquilízalos con declaraciones de apoyo y toques suaves.
- Si notas pequeñas inexactitudes en las historias que están recordando, olvídalo. No tiene sentido intentar corregirlos.
- Muestre su aprecio y gratitud cuando puedan responder algo por usted.
Iniciadores de conversación
- Usa fotos, vídeos, libros, música u objetos para generar recuerdos. Al mirar un anillo de bodas, es posible que te preguntes: «¿Qué es lo que te gusta de las bodas?» o «¿Cómo fue el día de tu boda?»
- Empieza por recordar una experiencia compartida. Puede ser una ocasión especial, un evento familiar, unas vacaciones o algo que solían hacer juntos. Cuando empieces a hablar de ello, es posible que se unan a la conversación o compartan el recuerdo.
- Hable sobre las cosas que sabe que les interesaban especialmente. Por ejemplo, si fuera una persona devotamente religiosa, podrías tomar un Libro Sagrado y preguntarle sobre su pasaje favorito o qué es lo que le gusta de asistir a los servicios religiosos.
Qué hay que evitar
- No use palabras infantiles ni palabras infantiles.
- Se deben evitar las oraciones largas, las tangentes y las historias con múltiples corrientes de pensamiento, ya que son difíciles de seguir.
- No menciones a alguien que ha muerto. Puede que no sea mejor recordárselo y provocar una ola de dolor. En cambio, podría ser mejor encontrar otra razón para la ausencia de esa persona.
- Interrumpir o distraer puede hacer que pierdan por completo el hilo de sus pensamientos y podría costarte la respuesta a tu pregunta.
- Usar frases como: «¿Recuerdas cuando...» o «Te dije que...»
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